martes, 11 de diciembre de 2012

Poema

Desde Málaga, donde se instala en 1924 tras pasar probablemente un breve periodo en la Residencia, después de haber estado, a lo largo de 1921-1922, estudiando Filosofía en la Universidad de Friburgo y realizando diversos viajes por Europa, Emilio Prados seguirá muy vinculado, a través de la imprenta Sur y la revista Litoral, a algunos de sus compañeros del centro de los Altos del Hipódromo, como García Lorca o Dalí, y, de forma más general, a buena parte de los poetas que sin duda tuvo ocasión de tratar en la colina de los Chopos. Su poema "Homenaje", fechado en México el año 1961, e incluido en el número conmemorativo de la revista Residencia publicado en diciembre de 1963, pone de manifiesto su recuerdo del centro residencial:

"Sin palabras, ni gesto, el pensamiento
se agrandaba: era flor que nos abría...

El gran álamo, el único -¿el maestro
anterior?-, siempre fiel y junto al agua,
presidía,, observaba, era equilibrio
en cada instante necesario. Allí,
sobre el canal y casi al pie del puente,
hacia el lado interior -cerca del alma-
juzgó y juzga.
Una vez, el pensamiento,
respiración y luz abrió a un muchacho
oscuro y, por su cuerpo perseguido, 
siendo sol: ¡entró en él a iluminarlo!
Su sangre oculta -propia- sintió ajena...
Y, un día, cruzó el puente.
'¡Adiós!'- él álamo
le dijo, desde adentro, al pasar-: 'Mírame!'...
Miró el muchacho y vio moverse al agua.
'¡Adiós!', dijo el reflejo al pie del árbol,
en vértice y central,, fusión de un mundo
que no olvida...
(¡Fui, yo!)
-Pero ¿el maestro?
-El anterior. El fiel.
¡Aún vive el álamo!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario