El krausismo
es un movimiento intelectual que se desarrolló en España en la segunda mitad
del siglo XIX. Krause (1781-1832) afirma que Dios es el fundamento personal del
mundo. El mundo está diversificado en la Naturaleza y el Espíritu, que
confluyendo en la Humanidad tienden a una armonía perfecta en el seno de Dios,
mediante la racionalización progresiva de las instituciones humanas. Con lo que
el krausismo, más que en la metafísica, hace hincapié en la ética y el derecho.
El krausismo español no fue solamente una escuela
filosófica, sino que fue un movimiento intelectual, religioso y político que
agrupó a la izquierda burguesa liberal y propugnó la racionalización de la
cultura española. Sus partidarios promovieron un movimiento de educación que
cuajó en la Institución Libre de Enseñanza. Más que una filosofía fue el krausismo español un estilo de
vida que sustituyó los supuestos tradicionales de la religiosidad española por
una moral austera, el cultivo de la ciencia y una religión semisecularizada.
Intentemos
exponer brevemente el sistema krausista, aunque hay que tener siempre en cuenta
que en la actuación de Sanz del Río predominó la vertiente práctica del
sistema, su poder educativo de la personalidad moral y de las agrupaciones
sociales en su caminar hacia la racionalidad y la libertad, según las
circunstancias españolas de la época, lo que provocó entusiasmos y repulsas.
Por la vía analítica llegamos al conocimiento
de un yo finito, en el que confluyen Naturaleza y Espíritu que postulan una
esencia infinita y fundamental, el Ser Absoluto. Krause rechaza el agnosticismo
metafísico kantiano y las filosofías del sentimiento. La reflexión sobre Dios
nos proporciona por vía sintética una ciencia fundamental sobre la que se
apoyan la ciencia de la Razón, de la Naturaleza, del Espíritu y de la Síntesis
humana.
La historia del mundo es una historia de las
ideas, de las determinaciones de la divinidad. La Humanidad realiza en el mundo
la idea de Dios, tendiendo al ideal de la Humanidad, la plenitud intelectual y
moral del hombre. La historia es la vuelta del hombre a la unidad de Dios. Las
sociedades primitivas viven en la inconsciencia y la indiferenciación. En una
segunda fase el hombre descubre y diferencia los poderes de la naturaleza y en
ellos adora a la divinidad por la religión. La tercera etapa de la humanidad es
el descubrimiento de Dios en la conciencia humana como Conciencia Superior,
Unica y Fundamental. La depuración de la idea de Dios es una liberación de
antropomorfismos, nacionalismos religiosos y ritos locales. La perfección
consistirá en la unidad de los hombres por el amor, el conocimiento y la
realización del bien en Dios, a lo que contribuirá decisivamente la ciencia y
la razón, pues el hombre, síntesis de naturaleza y espíritu, no puede despreciar
al mundo sensible.
El krausismo influyó extraordinariamente en los
medios universitarios, y encontró una violenta oposición en los ambientes
tradicionales, dando lugar a diversas y memorables polémicas y a las llamadas
«cuestiones universitarias» con la separación de sus cátedras de varios
profesores.
Durante los años anteriores a la revolución de
septiembre de 1868 la polémica tuvo un significado predominantemente político,
y los krausistas hicieron suyas las tesis del «catolicismo liberal».
Es indudable la
influencia del krausismo en la redacción de la Constitución de 1869 y su
reconocimiento de la libertad de enseñanza.
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