domingo, 9 de diciembre de 2012

El Krausismo


El krausismo es un movimiento intelectual que se desarrolló en España en la segunda mitad del siglo XIX. Krause (1781-1832) afirma que Dios es el fundamento personal del mundo. El mundo está diversificado en la Naturaleza y el Espíritu, que confluyendo en la Humanidad tienden a una armonía perfecta en el seno de Dios, mediante la racionalización progresiva de las instituciones humanas. Con lo que el krausismo, más que en la metafísica, hace hincapié en la ética y el derecho.
El krausismo español no fue solamente una escuela filosófica, sino que fue un movimiento intelectual, religioso y político que agrupó a la izquierda burguesa liberal y propugnó la racionalización de la cultura española. Sus partidarios promovieron un movimiento de educación que cuajó en la Institución Libre de Enseñanza. Más que una filosofía fue el krausismo español un estilo de vida que sustituyó los supuestos tradicionales de la religiosidad española por una moral austera, el cultivo de la ciencia y una religión semisecularizada.
Intentemos exponer brevemente el sistema krausista, aunque hay que tener siempre en cuenta que en la actuación de Sanz del Río predominó la vertiente práctica del sistema, su poder educativo de la personalidad moral y de las agrupaciones sociales en su caminar hacia la racionalidad y la libertad, según las circunstancias españolas de la época, lo que provocó entusiasmos y repulsas.
Por la vía analítica llegamos al conocimiento de un yo finito, en el que confluyen Naturaleza y Espíritu que postulan una esencia infinita y fundamental, el Ser Absoluto. Krause rechaza el agnosticismo metafísico kantiano y las filosofías del sentimiento. La reflexión sobre Dios nos proporciona por vía sintética una ciencia fundamental sobre la que se apoyan la ciencia de la Razón, de la Naturaleza, del Espíritu y de la Síntesis humana.
La historia del mundo es una historia de las ideas, de las determinaciones de la divinidad. La Humanidad realiza en el mundo la idea de Dios, tendiendo al ideal de la Humanidad, la plenitud intelectual y moral del hombre. La historia es la vuelta del hombre a la unidad de Dios. Las sociedades primitivas viven en la inconsciencia y la indiferenciación. En una segunda fase el hombre descubre y diferencia los poderes de la naturaleza y en ellos adora a la divinidad por la religión. La tercera etapa de la humanidad es el descubrimiento de Dios en la conciencia humana como Conciencia Superior, Unica y Fundamental. La depuración de la idea de Dios es una liberación de antropomorfismos, nacionalismos religiosos y ritos locales. La perfección consistirá en la unidad de los hombres por el amor, el conocimiento y la realización del bien en Dios, a lo que contribuirá decisivamente la ciencia y la razón, pues el hombre, síntesis de naturaleza y espíritu, no puede despreciar al mundo sensible.
El krausismo influyó extraordinariamente en los medios universitarios, y encontró una violenta oposición en los ambientes tradicionales, dando lugar a diversas y memorables polémicas y a las llamadas «cuestiones universitarias» con la separación de sus cátedras de varios profesores.
Durante los años anteriores a la revolución de septiembre de 1868 la polémica tuvo un significado predominantemente político, y los krausistas hicieron suyas las tesis del «catolicismo liberal».
Es indudable la influencia del krausismo en la redacción de la Constitución de 1869 y su reconocimiento de la libertad de enseñanza.

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